jueves, 8 de mayo de 2014

La leyenda de la casa del centro

Alejandro y su madre, habían rentado una casa en la cual, no había habido inquilinos en los últimos 5 años, nadie sabía el porqué, si la casa estaba en el centro de la ciudad, en la cual era casi imposible encontrar casa de renta en la ciudad fronteriza de Nuevo Laredo.
Casa de dos plantas, antigua con una terraza que era de la única recamara en la parte posterior, la señora y su hijo adolescente, llegaron a esa casa, pagando un depósito y 3 meses de renta, para después no batallar y desde el primer momento en que pisaron esa casa, algo tenebroso se sentía en el ambiente.

La casa tenía un patio muy extenso, el cual el dueño no tuvo la decencia de limpiar y la señora no tenía los recursos monetarios para hacerlo, así que los matorrales se quedaron así, por el poco tiempo que vivieron que fue muy breve. Recuerdo que una de las primeras cosas que note, es que tenían un perro muy grande, el cual pasaba del patio a la galería, pero siempre se escuchaban ruidos en el patio y uno quería creer que era por parte del can, algo que unos días más tarde notó que no era.
Un día se escuchó, en el patio que se movía algo entre los matorrales, la señora al salir noto en lo oscuro de la noche unas sombras al ras del suelo, pensando que era su mascota, se dio media vuelta y al notar que el perro estaba atrás de ella, se empezó a asustar, entrando como pudo a su casa, cerró las puertas, y escucho al perro ladrar, después de eso, llego un primo de Alejandro, el cual tenía tan solo unos 4 años de edad y se quedó con la señora a dormir, ya que la mama del tenía que salir de la ciudad, ese día ya entrada en la noche, recuerdo que el niño que era muy travieso, empezó a dejar de hablar y a quedarse viendo una parte de la pared o como cuando una persona esta hipnotizada, enseguida de esto, a las horas empezó a hablar en un curioso dialecto, y se empezó a convulsionar, los ojos se le pusieron en blanco, como que se le iban hacia atrás y a la señora rezando logro que el niño volviera en sí.
Para esto la señora ya había reclamado a la persona que le rento, pero al no tener una causa por la cual cambiarse la persona no quería regresar le el monto del mes que le quedaba de renta ni el deposito, en una ocasión días después Alejandro llego a su casa, tomado venia de una fiesta, y le aviso a su mama que había llegado, a la media hora se empezó a escuchar en la parte de arriba que la cama la movían la levantaban y la dejaban caer, el ropero lo movían de un lado a otro, esto por muchos minutos, sin que la señora hiciera nada, ya que si subía y su hijo no era se hubiera muerto del susto, así que como pudo con todo el ruido, mejor se durmió, al otro día le pregunto a su hijo, que es lo que había hecho por tantas horas de mover los muebles, a lo que su hijo le contesto que nada que él había llegado y se había quedado dormido y no había escuchado nada.
La leyenda de la casa del centro, no es una leyenda ficticia, es una anécdota que a familiares del que escribe, le paso, decenas de leyendas cortas de terror, como la que les acabo de compartir las pueden encontrar en el portal de leyendas mexicanas, que a continuación les dejo el nombre leyendasycuentosdeterror.com.mx

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